El personal municipal ha trabajado durante 10 días doblando turnos en jornada de mañana y tarde.

El Ayuntamiento ha pedido la declaración de zona catastrófica para el municipio, haciendo una primera valoración de los costes extraordinarios derivados del temporal en unos 40.000 euros.

Durante la última semana el personal municipal ha seguido afrontando las consecuencias del temporal de nieve y posterior ola de frío doblando turnos en jornada mañana y tarde, trabajando en la limpieza de nieve y resolución de todo tipo de incidencias en viales, aceras y centros de enseñanza públicos, además de atender más de 400 avisos por congelación de contadores y tuberías que han dejado sin suministro de agua a numerosas viviendas durante varios días. El Ayuntamiento ya ha solicitado la declaración de zona catastrófica para Marchamalo, con el fin de obtener ayudas para compensar los daños y gastos extraordinarios, cuantificados en torno a los 40.000 euros.


El Ayuntamiento de Marchamalo continúa luchando para intentar solucionar las consecuencias del temporal de nieve y ventisca provocado por el paso de la borrasca Filomena por el municipio, así como de la posterior ola de frío intenso que aún perdura, con especial incidencia durante la noche y primeras horas de la mañana. Así pues, a los problemas derivados por la gran acumulación de nieve se han sumado durante los últimos días los provocados por el frío intenso y el hielo, que no solo ha afectado al endurecimiento de la nieve y el riesgo a la hora de caminar por la calle, sino también a la congelación de contadores y tuberías de suministro de agua potable a numerosas viviendas del municipio.

En los últimos días el consistorio ha atendido más de 400 avisos por este motivo, con consecuencias directas tanto por la falta de suministro de agua a las viviendas como también por la rotura de contadores o determinados tramos de tubería, provocando fugas de agua. Un trabajo que ha tenido que ser cubierto de forma extraordinaria con personal municipal detraído de los dispositivos de limpieza de viales, aceras y centros de enseñanza pública, los cuales han podido salir adelante gracias a la colaboración de varios agricultores de la zona, que han aportado maquinaria propia para ayudar en los trabajos, así como el alquiler de maquinaria ligera y pesada adicional para reforzarlos.

El resultado, cerca de 500 toneladas de nieve retiradas de las calles, 56 toneladas de sal y 30 de urea esparcidas, 2 toneladas más entregadas a particulares, y cerca de 200 contadores de agua sustituidos durante más de una semana en la que los trabajadores municipales han tenido que doblar turnos diariamente en jornadas de mañana y tarde.

“Han sido días muy complicados, pero gracias al esfuerzo, la ayuda y el compromiso de todo el pueblo hemos logrado salir adelante. Quiero agradecer especialmente a los marchamaleros y marchamaleras su paciencia y colaboración, que en términos generales ha sido ejemplar, así como a la media docena de agricultores que nos han ayudado durante todos estos días con sus tractores, y a Protección Civil y la Policía Local, siempre dispuestos para todas las tareas que han sido precisas. Ha sido un orgullo ver a todo el mundo trabajando junto”, ha resumido el Alcalde, Rafael Esteban, quien estema en aproximadamente unos 40.000 euros el gasto extraordinario que ha supuesto todo el dispositivo activado durante estos días.

Es por esto que el consistorio gallardo ha solicitado ya la declaración del municipio como zona catastrófica, sumándose a otros de toda la provincia, a fin de tener acceso a las posibles ayudas o compensaciones que pueda llegar a decretar el Estado ante las consecuencias de estas adversidades climatológicas.

PREPARACIÓN ANTE LA PREVISIÓN DE LLUVIAS INTENSAS

Unas circunstancias que, pese a la subida de temperaturas de las últimas jornadas podrían derivar en nuevos problemas debido a la previsión de lluvias intensas en la zona a partir de este miércoles. Es por ello que el Ayuntamiento ha iniciado ya un proceso de limpieza de alcantarillas e imbornales para liberarlos de nieve y restos orgánicos para garantizar el correcto flujo de agua de lluvia en las calles.

No obstante, Esteban pide nuevamente la colaboración ciudadana “liberando de nieve las alcantarillas que estén frente a sus viviendas y que puedan pasarse por alto, ocultas bajo la nieve acumulada, asegurándonos de que queda el camino abierto para le agua de lluvia”, y advierte de la necesidad de que “las personas que cuenten con patios o terrazas, liberen también los desagües de las mismas, con el fin de evitar cualquier tipo de inundaciones por acumulación de agua y nieve”.

Para hacerlo se recomienda que, además de retirar la nieve y el hielo que se haya podido crear sobre el desagüe, se despeje el camino que pueda seguir el agua por la pendiente del solado y asegurarse posteriormente de que el propio desagüe no está congelado, vertiendo agua caliente por el mismo si es necesario para deshacer el hielo y liberarlo antes de que la lluvia comience a caer.

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