VÍCTIMAS DE LA PANDEMIA

• Los premios Gallardo del Año nacieron con una voluntad definida: reconocer públicamente la labor y trayectoria de personas y colectivos vinculados con Marchamalo que, gracias a su esfuerzo, llevan el buen nombre de nuestro pueblo más allá de nuestras fronteras. Es por ello que no puede haber mejor ocasión que esta gala, que ennoblece el nombre de Marchamalo, para realizar el homenaje que merecen quienes han sido protagonistas luchando contra esta terrible pandemia que tan brutalmente ha impactado en Marchamalo.

• Por desgracia han sido muchas, demasiadas, las personas que han tenido que librar esa lucha contra la enfermedad en su propio cuerpo, todas ellas con la incertidumbre de lo desconocido, en muchos casos con sufrimiento, largos aislamientos, e incluso llegando a perder la vida en soledad. Tantos vecinos y vecinas de Marchamalo que no podemos enumerar, y que han sufrido en una desgarradora soledad y en el más absoluto desconcierto.

• Marchamalo ha sufrido esta pandemia de forma especial, al ser el primer municipio de Castilla-La Mancha en el que se constató un contagio por COVID-19, siendo foco del interés de los medios de comunicación y de todo tipo de especulaciones sin fundamento. Especulaciones que acrecentaron aún más el sufrimiento de las familias de las personas que se veían afectadas por esta nueva enfermedad.

• El nombre de Cipriano Pardo Parreño, marchamalero y primera persona a la que se detectó la COVID-19 en Castilla-La Mancha, fue entonces manoseado sin respeto en manos de quienes buscaron en su desgracia el beneficio que proporciona el negocio del morbo y las noticias falsas.

• Es por ello que su familia está hoy aquí, en representación de todas las que han sufrido las más terribles consecuencias de esta enfermedad y de todas las personas, marchamaleros y marchamaleras, que ya no están con nosotros víctimas de esta terrible pandemia. Una dolor acrecentado por la soledad, que en muchos casos solo el consuelo reconfortante prestado desde la Parroquia pudo serenar.

 

ARTÍFICES DE LAS MASCARILLAS

• En medio del desconcierto, el desasosiego e incluso el miedo con el que la mayoría de nosotros nos vimos confinados en nuestros hogares, nuestro pueblo resurgió como un faro para la esperanza. Más de un centenar de personas decidieron colaborar para ayudar en la lucha contra esta enfermedad aportando lo que tenían: tiempo, trabajo y voluntad de salir adelante.

• Gracias a su esfuerzo, coordinado desde el Ayuntamiento, cada persona de Marchamalo pudo contar con al menos una mascarilla confeccionada artesanalmente cuando conseguir este artículo era imposible en medio mundo. Trabajaron en equipo a pesar de estar confinados en sus hogares, repartiéndose las labores de confección, desinfección, preparación y reparto, creando una gran red colaborativa que logró fabricar en torno a 15.000 mascarillas. Tantas que incluso pudo donarse una parte de ellas a personas que tenían que continuar trabajando, personal municipal, guardias civiles, brigadas de la Diputación, personal sanitario, trabajadores de supermercados, empresas que seguían funcionando y pequeños municipios sin recursos.

 

DONANTES DE MATERIALES Y ALIMENTOS

• La adversidad a la que nos enfrentó esta pandemia hizo resurgir tanto el espíritu comunitario y colaborativo por el que siempre se ha caracterizado Marchamalo, como su lado más solidario. Fueron innumerables las donaciones y ofrecimientos que se produjeron durante los meses más duros de la pandemia, tanto para ofrecer alimentos, artículos de primera necesidad y medicinas, como enseres o cualquier tipo de material necesario para la confección de las mascarillas que vecinos y vecinas de Marchamalo se afanaban en confeccionar.

• Gracias a estas donaciones de particulares, empresas y colectivos, así como al trabajo de las profesionales de los Servicios Sociales Municipales y de los voluntarios de Protección Civil, el Banco de Alimentos Municipal pudo almacenar y entregar a quienes más lo necesitaban todo lo necesario para superar tanto los momentos de más necesidad como la acuciante crisis posterior.

• También gracias a estas donaciones pudieron confeccionarse las cerca de 15.000 mascarillas de TNT que se entregaron esterilizadas y embolsadas en cada casa de Marchamalo. Nunca tendremos agradecimiento suficiente para todos ellos.

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